Pueden identificarse algunos signos de violencia sexual según los siguientes síntomas:
En preescolar: somatización, regresiones, sexualización de la conducta.
Entre los 6 y 12 años: baja autoestima, problemas escolares o de sueño, reacciones psicosomáticas, sexualización de conductas.
Adolescentes: depresión, embarazo, aislamiento, deseos de venganza, agresividad, intentos de suicidio.
Edad adulta: negación de la agresión por años, recuerdos por la huellas corporales, evocación de la agresión por la percepción de ciertos olores o sonidos, cambios de humor, sentimientos de rabia, deseos de venganza y/o de suicidio.
La siguiente lista muestra los signos y síntomas físicos y psicoemocionales observables en una persona agredida sexualmente, durante la infancia o la adolescencia (López, 1999; AAPIA, 2000):
Signos y síntomas frecuentes en personas agredidas sexualmente:
- Masturbación compulsiva.
- Persistente juegos sexuales que no se realizan con anterioridad.
- Moretones en diversas partes del cuerpo.
- Evidencia de dolor en diversas partes del cuerpo.
- Evidencia de dolor al caminar o sentarse.
- Picazón u olor penetrante en los genitales del menor, como referencia de la actividad sexual.
- Obsesión o interés poco usual, o continuamente evitarlo, sobre todo aquello de naturaleza sexual.
- Problemas con el sueño o pesadillas.
- Depresión o aislamiento de sus amigos y su familia.
- Comportamiento “seductor”.
- Decir que tiene el cuerpo sucio o dañado, o tener miedo de que haya algo malo en sus genitales.
- Negarse a ir a la escuela.
- Secretividad.
- Evidencia de abusos o molestias sexuales en sus dibujos, juegos o fantasías.
- Agresividad rara o poco común.
- Comportamiento suicida.