La OPS y la WAS conceptualizan la orientación sexual como: “la organización específica del erotismo y/o el vínculo emocional de un individuo en relación al género de la pareja involucrada en la actividad sexual. La orientación sexual puede manifestarse en forma de comportamientos, pensamientos, fantasías o deseos sexuales, o en una combinación de estos elementos”.
La orientaciones sexual entonces, alude a la disposición erótica y/o afectiva para desarrollar actividades sexuales con personas del otro sexo, del mismo sexo o con ambos. Sin embargo, tratar de “etiquetar” a una persona sobre la base de su orientación sexual puede convertirse en un proceso complejo y difícil, pues esta “disposición” no es necesariamente permanente en la vida y puede aplicarse a tres áreas distintas de la sexualidad: el comportamiento sexual, el deseo sexual, y los contenidos de las fantasías sexuales.
La clasificación popular identifica tres tipos de orientación sexual: la heterosexual (atracción por personas del sexo opuesto), la homosexual (atracción por las personas del mismo sexo) y la bisexual (atracción por personas de ambos sexos.