Los padres y madres de familia deben participar en estos programas, ya que muchas de las medidas preventivas puede enseñarse desde temprana edad en el propio seno familiar.
Padres y madres de familia
Los padres y madres pueden impedir o disminuir la oportunidad del abuso sexual tomando las siguientes precauciones:
- Estimulando y colaborando con los programas de la escuela o fuera de la escuela para la prevención de este flagelo.
- Diciéndole a los y las adolescentes, por ejemplo: “si alguien trata de tocarte el cuerpo y de hacerte cosas que te hagan sentir raro, debes decir siempre que no a esa persona, y luego venir a contármelo enseguida”.
- Enseñándoles a los y las adolescentes que el respeto a los mayores no quiere decir que tienen que obedecer ciegamente a las personas adultas y a las figuras de autoridad. Por ejemplo, no debe decirles: “siempre tienes que hacer todo lo que la maestra o el que te cuida te mande hacer”.
- Manteniendo constante comunicación con sus hijos e hijas.
Responsables del proceso de educación para la sexualidad
Es de especial importancia que los y las educadores/as, reconozcan la importancia de tomar cartas en el asunto y adopten acciones definidas para prevenir y atender la violencia y abuso sexual en los ámbitos escolarizados y no escolarizados.
Al respecto, destacamos que el especialista Shakeshaft señala cuatro características comunes de los ámbitos educativos en los que el abuso sexual raramente ocurre:
- “Seleccionan cuidadosamente a sus empleados /as prospectivos y revisan las referencias de los mismos.
- Tienen políticas fuertes y claras en contra del acoso (y el abuso) sexual.
- Educan a estudiantes y al personal sobre el acoso sexual, las políticas del distrito en ese sentido y qué hacer si detectan acoso (y/o abuso).
- El personal de las escuelas en dichos distritos conoce los signos del posible abuso y lo denuncian cuando los observan. Las denuncias son tomadas en serio con consecuencias directas y consistentes contra los abusadores”.