Una prueba de embarazo puede realizarse luego de 10 o más días, desde la relación sexual sin protección o de la que se sospeche que puso ocurrir la concepción. Aunque para un resultado más certero, lo recomendable es realizarla el primer día de retraso de la menstruación siguiente a dicha relación.
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Pruebas en sangre
Requieren del análisis de una muestra de sangre que debe tomar un especialista en un laboratorio. Dicha muestra es sometida a un proceso químico que permite determinar la presencia de la gonadotrofina coriónica que se produce durante el embarazo. La extracción de sangre dura apenas unos segundos y el resultado podemos obtenerlo en un tiempo de entre 1 y 2 horas. Es una prueba 100% confiable.
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Prueba en orina (de laboratorio)
Requiere del análisis de una muestra de orina que debe ser realizada en un laboratorio. Esa muestra debe ser recogida en la mañana en ayunas, en un recipiente esterilizado (de venta en farmacias), y con cuidado de no contaminarla. Para realizar estas pruebas, la orina se combina con reactivos que generan una reacción de color con los complejos hormonales presentes en la presencia de un embarazo. Esta prueba no tiene un alto grado de confiabilidad, por lo cual, según su resultado, se sugiere realizar un análisis confirmatorio en sangre.
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Prueba en orina (instantáneas)
Éstas pueden ser adquiridas en una farmacia. Para realizar estas pruebas basta con colocar unas gotas de orina en el dispositivo, lo cual funciona de la misma forma que las pruebas de orina en el laboratorio.
Al momento de realizar esta prueba en casa, es muy importante seguir las instrucciones que refiere el empaque y conocer con claridad la lectura de los resultados. Si el resultado de la prueba es positivo, se recomienda aplicar un análisis confirmatorio en sangre y ponerse en contacto con una ginecóloga o un ginecólogo, para iniciar el control prenatal.